01 mayo 2002

Diálogo sobre la carrera


«El tiempo de la reflexión, aquí, no significa sólo que el ritmo interno del dispositivo universitario es relativamente independiente del tiempo social y reduce la urgencia de la entrega, le asegura una libertad de juego grande y valiosa. Un lugar vacío para la oportunidad. La invaginación de un bolsillo interior. El tiempo de la reflexión es, asimismo, la oportunidad de una vuelta sobre las condiciones mismas de la reflexión, en todos los sentidos del término, como si con ayuda de un nuevo aparato óptico se pudiera por fin ver la vista...» Jacques Derrida.

El texto que sigue es resultado de una reunión entre dos docentes de la carrera de filosofía y ocho estudiantes que integran la comisión de filosofía. La conversación no fue grabada, pero la transcripción de lo apuntado durante el encuentro fue leída, modificada y acordada por tod@s l@s presentes en la reunión. Esta es la primera de una serie de acciones conjuntas destinadas a pensar/hacer filosóficamente la carrera de filosofía.

Nosotr@s: Ayer tuvimos una reunión con ingresantes. Vinieron 88 compañer@s, más 15 de la comisión. La data que nos llegó sobre la reunión convocada por el departamento habla de un@s 30 estudiantes asistentes. Resulta llamativa esta preferencia de tant@s ingresantes por unos cartelitos pintados con témpera frente a la convocatoria institucional ¿no?.

® : ¿Y qué expectativas traían?

Nosotr@s: Bueno, socializamos experiencias y evidentemente se notó el contraste entre lo que vienen a buscar y lo que se les presentará en esta carrera. Nietzsche, por ejemplo, es el filósofo más buscado. Pero confiamos en la construcción colectiva de la transformación de la carrera, por eso l@s invitamos a ustedes. Conocemos muy de cerca algunas experiencias de alteración de cursada que ustedes promueven en sus prácticos y nos gustaría saber, en principio, qué balance sacan de esas experiencias.

© : En mi caso, propuse trabajar en grupos. Al principio hubo mucha resistencia porque en la carrera no se trabaja en grupos...

Nosotr@s: Claro, la carrera, de hecho, castiga la cooperación...

© : En efecto, y a ese escollo se agregó que yo no hacía las preguntas, sino que las preguntas debían formularlas l@s estudiantes. Ahí el problema fue casi insalvable, pues la lógica de la carrera es memorizar las preguntas que hace el profesor, memorizar el tratamiento que determinados autores dan a esas preguntas y listo. Porque eso es lo que acredita. Y en esta carrera hay que acreditar. Entonces no importa si el estudiante ignora por qué determinado autor trata determinado problema e incluso no importa si el estudiante comprende el problema y su tratamiento: basta con que repita lo que acredita. Dentro de este sistema de acreditación, es muy difícil lograr que el estudiante se haga una pregunta y haga responder al texto.

® : Yo veo también el problema de la acreditación. Sin salir del marco general de temas y autores que exige la cursada, he logrado un espacio donde se pueden cruzar textos, temas y autores de muy diferentes épocas y geografías pero, claro, como nada de eso entrará en el parcial, casi nadie toma esos cruces. Mi satisfacción se localiza entonces en l@s cuatro o cinco estudiantes que hacen esas lecturas y comentan o discuten, siempre gustos@s, esas lecturas. Así que ciertamente el sistema de acreditación limita las capacidades de l@s estudiantes.

© : ¡Las anula! Recuerdo haber trabajado con estudiantes que comenzaban la carrera y hallarl@s tres o cuatro años después en otra materia y desconocerl@s completamente. “¡Me l@s cambiaron!”, pensaba, porque la carrera había anulado su capacidad de elaborar preguntas. Además habían adquirido ya la pose de filósofo: hablar con gravedad, en determinado tono, presentar un discurso serio, objetivante, adoptar hasta cierta postura corporal... ¡preguntar por la traducción! ¡¿Por qué no preguntan por las ideas que me surgieron en vez de preguntar por la traducción que suscitó esas ideas?!

Nosotr@s: Bueno, una de las paradojas que hallamos en la carrera es que persiste en una teoría unificadora del tiempo, hay que hacer historia de la filosofía pero, apenas se ingresa, en Antigua, estudiamos que Platón se caga en la historia de la filosofía y discute ideas, no hace filología. Otra paradoja, para seguir con el ejemplo de Antigua, tiene que ver con el sistema de evaluación: ¿se tomaba examen en la Academia?

© : Bueno, primero, era muy difícil ingresar, había que poseer toda una formación previa para ingresar a la Academia. Y segundo, no, ni Platón ni Aristóteles ni ninguno de esos tipos evaluaba mediante el examen.

® : Había producción de textos. Se presentaba un problema y había que producir el tratamiento de ese problema. La evaluación era el trabajo mismo de producción filosófica.

Nosotr@s: Una cuestión que queremos conocer es qué margen de decisión tienen ustedes en relación precisamente al método de evaluación. Qué posibilidad tienen de cambiar, por ejemplo, los presenciales por domiciliarios o por monografías, u otras prácticas más inclinadas a promover la producción antes que la simple memorización.

© : Aunque sea que animen a la mera comprensión de un problema. A lo menos que aspiro es a que l@s estudiantes comprendan qué carajo quiso decir Fulano y por qué Fulano se pregunta lo que se pregunta. Si hay producción, excelente, pero no hay que perder de vista que muchas veces ni siquiera se comprende lo que se está estudiando...

® : Hay un tema que debe ser tenido en cuenta y es el tema económico. Recuerdo que en una época evaluábamos con varios métodos, pero era tal la cantidad de papeles para corregir por tan poca plata que me parecía –y me sigue pareciendo– injusto, así que apoyé el pedido de otr@s ayudantes y sacrificamos algunas instancias que hacían ciertamente el único espacio de creación por parte de l@s estudiantes. Por eso insisto con el problema económico, porque habría que publicar cómo se asignan las rentas...

© : Ver el juego político que decide la distribución del presupuesto en esta facultad...

® : Claro, porque nada es casual en ese sentido, y el docente se ve afectado profundamente por estos problemas...

Nosotr@s: Pero si tan claramente la cuestión salarial afecta la dinámica de cursada...

® : No es el único factor...

Nosotr@s: Pero puede determinar que haya o no un trabajo práctico, y en este sentido se podría abrir esta problemática también a l@s estudiantes, promover su participación en este asunto que, evidentemente, afecta el modo en que se concibe la filosofía en la carrera. Podemos, desde el espacio de la comisión, por ejemplo, socializar el listado completo de asignaciones como primer paso hacia la discusión del problema salarial. Que tod@s tengamos acceso a esa información. Y también es muy importante publicar las experiencias de ruptura que se realicen en los prácticos, publicar lo que se produzca –a nivel textual y a nivel situacional–, mostrar las luchas...

® : Eso estaría muy bien, porque siempre me dio mucha bronca leer mapas de la carrera donde se presentaba la materia como si fuese monolítica mientras yo me rompo la cabeza pensando cada cuatrimestre cómo preparar enfoques interesantes, nuevos, dinámicos, con cada temática distinta. Claro que también es difícil abrir el juego sólo del lado docente. A mí me impresiona ver que tant@s estudiantes esperen todo de la carrera: no debe hipotecarse la formación en la carrera, debe haber un alto componente autodidacta, en cualquier estudiante de cualquier carrera, pero especialmente en un/a estudiante de filosofía. La carrera debe ofrecer, sí, una guía de problemas, un marco histórico, leer a los clásicos, pero la mayor parte de la formación filosófica debe ser autodidáctica.

Nosotr@s: Estamos de acuerdo en que nuestra formación como estudiantes de filosofía debe ser, en su mayor parte, autodidáctica, pero la carrera no es inocua: vos acabás de decir “los clásicos” y eso presupone que existe un canon intocable de autores. Ayer vari@s ingresantes preguntaban por Deleuze, Derrida, Schopenhauer, Foucault... y son precisamente autores que no se ven en la carrera... Y podríamos agregar a Marx, a Lacan, a Benjamin, a toda la escuela de Frankfurt... en fin, y se trata de autores cuyos discursos afectaron y afectan de manera muy profunda el pensamiento occidental.

® : El problema no es qué autores se vean, porque aun tomando a esos autores pueden desarrollarse temas, por ejemplo, relacionados con la lógica, la gnoseología, o la metafísica y nunca abordar la problemática de la religión o del arte, o las consecuencias políticas, sangrientas, de toda metafísica. Yo he propuesto algo de esto en la cátedra donde trabajo y algunas veces se han llevado a cabo mis propuestas y el resultado fue una cursada inédita en su eje temático.

Nosotr@s: La crítica a reducir el problema a los autores tratados es acertada, estamos de acuerdo, pero vale también para la reducción del problema al eje temático. En el aula funciona un dispositivo normalizador que actualiza determinados saberes y sanciona determinadas conductas, y el estudiante de filosofía ingresa además con doce o catorce años de escolarización. Entonces nos preguntamos cómo romper con este modo de hacer filosofía que a nosotr@s nos parece que es no hacer filosofía, sino a lo sumo exégesis, cuando no mera repetición de conceptos.

® : Bueno, una posibilidad es realizar talleres de lectura cuatrimestrales. Que un docente y un grupo de estudiantes se reúnan en torno a un libro, a un autor o a un tema determinado y que se trabaje así, en grupos...

© : Y que eso acredite como seminario o como materia optativa. Podríamos hacer un petitorio firmado por un número considerable de estudiantes, que el Departamento vea que hay interés, y lograr la institucionalización de un espacio como ese. Porque podemos hacerlo ahora, pero el docente no lo va a hacer gratis o le va a resultar tan difícil que al segundo cuatrimestre no va a querer saber más nada. Además, si no acredita para la carrera, van a asistir cuatro o cinco gatos locos porque –dirán los demás– “eso no es filosofía”.

Nosotr@s: Pero vos, por ejemplo, sabías que esas experiencias que realizás en tus prácticos serían rechazadas por el Departamento, sabías que generarían incomodidades –para tus compañer@s de cátedra, para l@s estudiantes, para vos–, sabías que afectaría tu trabajo académico, y sin embargo no realizaste un petitorio a las autoridades: lo hiciste. Entonces, desde el espacio de la comisión pensamos que las cosas hay que hacerlas de hecho para que sean aceptadas de derecho. Primero hagámoslo y, una vez en movimiento, estaremos mejor armad@s para confrontar con la institución.

© : Se ha intentado eso otras veces infructuosamente, no sé si se puede...

Nosotr@s: Pero entendemos que la actual situación es inusitadamente favorable a estos cambios: a nivel institucional, la facultad estrena un Consejo Directivo de perfil progre, lo cual amplía el horizonte de acción para ensayar alteraciones a la normalidad –y cabe recordar que el poder del bloque encabezado por Guariglia ha disminuido notablemente–; a nivel social, la secuencia política abierta el 20 de diciembre ingresó al estado de cosas unas fuerzas que antes no existían, y contamos con que eso haya atravesado los cuerpos de un@s cuant@s docentes y estudiantes de esta facultad; y en tercer lugar, el espacio de la comisión puede potenciar el trabajo conjunto entre ingresantes y docentes –en principio, para evitar la deserción y el embotamiento. Pensamos que es necesario crear alianzas entre docentes y estudiantes para romper con el modo hegemónico de concebir la filosofía en esta facultad... Por eso, continuemos con estas reuniones, generemos vínculos entre estudiantes y docentes, ensayemos alterar los cursos que podamos, publiquemos estas experiencias...

© : ¿Por qué no formulan ustedes una serie de preguntas –no una guía de veinte preguntas, digo, cuatro o cinco preguntas, por ejemplo– para que nosotr@s respondamos? Podemos hacerlo por escrito, si quieren, y así tendríamos distintas opiniones y enfoques de parte de algun@s docentes a partir de las mismas preguntas.

Nosotr@s: También podrían ustedes directamente escribir sobre el tema que les interesare y lo publicaríamos en el boletín...

© : Pero con un pequeño cuestionario podrían sopesar mejor los contrastes, los matices, las tomas de posición sobre las mismas preguntas...

® : Se pueden hacer las dos cosas. Personalmente, la publicación de lo que sucede en las aulas me parece clave para romper con la idea de que las cátedras son un bloque uniforme. Hay que contar que hay grietas, que hay alternativas. Hay que contar que se pueden hacer otras cosas.

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